El nuevo régimen de IVA franquiciado podría marcar un antes y un después en la forma en que los autónomos gestionan su facturación en España. Este sistema, desarrollado para adaptar la normativa nacional a la Directiva Europea 2020/285, eximirá a aquellos autónomos con ingresos anuales inferiores a 85,000 euros de la obligación de declarar el IVA trimestral y anual. Con su entrada en vigor prevista para enero de 2025, el régimen ofrecerá una alternativa al actual sistema de liquidación del IVA, brindando una mayor flexibilidad a este grupo de trabajadores.
¿En qué consiste el régimen de IVA franquiciado?
El régimen de IVA franquiciado permite que los autónomos que no superen los 85,000 euros anuales en facturación opten por eximir el IVA de sus facturas y dejen de realizar las habituales declaraciones trimestrales y anuales de este impuesto. La normativa establece que la elección de este régimen será voluntaria y no obligará a los autónomos a abandonar el régimen general del IVA, sino que podrán optar entre uno y otro.
Este sistema, sin embargo, impone ciertas limitaciones: el autónomo que se acoja al régimen no podrá aumentar su volumen de negocio en más de un 10 % del límite anual permitido, y en caso de superarlo, quedará automáticamente excluido del régimen. Además, la normativa otorga a los Estados miembros la capacidad de ajustar este límite hacia abajo o modificarlo por sectores, lo que permitirá adaptar la exención a las características específicas de ciertos ámbitos de actividad.
Etapas previas para su implementación en 2025
El camino hacia la implementación del IVA franquiciado en España avanza rápidamente. Hasta la fecha, se han alcanzado acuerdos preliminares entre Hacienda, las asociaciones de autónomos y otros agentes sociales, y se espera que, en el transcurso de 2024, la Agencia Tributaria continúe definiendo los aspectos clave para su aplicación efectiva. El objetivo es que, tras este periodo de transición, el régimen esté completamente operativo a inicios de 2025, alineándose con las prácticas ya adoptadas en otros países de la Unión Europea.
La introducción de esta medida supone un cambio significativo para la actividad de los autónomos en España, ya que, además de simplificar la gestión tributaria, contribuye a una mayor optimización de los recursos y tiempo de estos profesionales.
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